lunes, 22 de noviembre de 2010

Poesia: El Niño de la Pasión

El Niño de la Pasión

Rayos en confusión con la luz estelar,
los alrededores se esparcen por todas partes,
influyen como barquitos naufragados
en los hechos relevantes de un príncipe amoroso.
Sin pareja hostil,
ni el olor a perfume
completa su sonrisa melancólica.
Quiere ser fuerte
y que la moda no sea suya.
Los músculos de su carne y sus palabras sin precedentes
se exponen a las miradas de asombro.
No va a pedir más.
Sabe que quiere vivir como un tal Ser,
que a cuesta de sudores se imaginaba,
intentaba actuar como tal,
como un vividor que ignora temporales y tiempos sustanciales.
Claramente un caballero andante que se desliza descalzo
encima de las olas.
Claramente un filosofo
y allí queda la cuestión.

Nada cambia el hecho de que sus ideas se vaporan
por delante de la invisibilidad animal percatada.
Los ojos morenos de una felina conmueven emociones
y sus correspondientes garras provocantes
injertan un estilo casi olvidado
de las nieblas de un Londres Año 1880.
Repetitivo estas dos palabras,
provocante y emocionante,
aventura con un tacto de nostalgia recuperada,
añorada desde los múltiples televisores
que no llegaron a vivir en sangre.

Fueron muchos los dibujos animados
y su infancia evolucionaba,
recordaba con cierta tristeza
esa maravilla de haber sido niño,
de haber jugado y llorado dulcemente.
Ya se ve hasta donde le llevo,
hasta que altitud se elevo.
No hay inquietud,
no.
Se posan sus letras,
le gusta experimentar, continuar.
Se da por acabado, hoy por lo menos,
este relato majestuoso
y mañana ya veremos.

Avaherz

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